Tin Tan, el único ídolo. Los afiches todavía están en las calles de México.
México – 08/01/2015
Desde afuera todo se ve distinto. Ese
matrimonio que uno califica de ideal y maravilloso, quizás en la intimidad se
lleven para los mil demonios. Quizás la rubia de cuerpo perfecto sea una
mentira debajo de la ducha. Posiblemente el auto impecable que compramos en la
concesionaria de usados, nos deje a pié a los dos días. De afuera las cosas se
ven distintas.
En México, al menos para la enorme
mayoría, aquella sencilla y trabajadora, Germán Genaro Cipriano Valdés
Castillo, fue y será un ídolo siempre. El mejor y más completo de los artistas.
También le pueden llegar a reconocer virtudes a sus hermanos Antonio Valdés
Castillo y a Manuel “el Loco” Valdés. Incluso a su hija, la cantante de los 80 Rosalía
Valdés. Pero casi todos dirán que el menor de los hermanos, Ramón Valdés, fue
el menos virtuoso de todos.
Si. Acá, adentro de México, Tin Tan fue,
es y será un ídolo. En cambio su hermano Ramón, Don Ramón, el del Chavo del
Ocho, no le llegará jamás ni a los talones.
Hoy todavía (murió el 1973) todos se
quedan prendidos al televisor cuando pasan una de las 104 películas que filmó,
la mayoría como protagonista, o se escuchan algunos de sus 34 discos de larga duración.
Además,
para completar, Tin Tan fue actor de doblaje y le puso voz al gato O´Malley, de
“Los Aristogatos” y a Baloo, en “El Libro de la Selva”, entre otras.
En cambio cuentan que Ramón era un actor
de reparto, poco valorado, que conseguía sus bolos gracias a su hermano, que
intentaba darle una mano. Claro, la suerte le sonrío cuando llegó al Chavo del
Ocho, pero aquí en México siempre fue “el otro Valdés”.
A Germán Genaro Cipriano Valdés Castillo le sobraba talento. Hacía todo bien.
Actuaba, bailaba y cantaba a las mil maravillas. Y, para mejor, la gente veía
en él a alguien como ellos, simple, sencillo, humilde, pero también carismático
y alegre.
Su fecha de nacimiento fue el 19 de
septiembre de 1915 y, curiosamente,
algunos dicen que nació en Buenos Aires y después sus padres se mudaron a
México cuando Tin Tan era apenas un bebé.
De grande padeció una hepatitis que le ocasionó posteriormente cirrosis hepática complicada y que junto a un cáncer de páncreas terminaron con su vida el 29 de junio de 1973 en México. No dejó fortuna, pese a su
gran éxito, y lo poco que dejó lo puso a nombre de su esposa Rosalía y sus dos
hijos, Rosalía y Carlos.
“Bueno, pero… ¿fue más grande que Cantinflas?”, pregunté a
algunos, por ahí.
“¡Claro! Además era popular. A Cantinflas acá no lo querían mucho,
porque era del PRI”, contesta la mayoría.
“¿Y Don Ramón?”
“Don Ramón se salvó con el Chavo. Antes era un perfecto desconocido
y después tampoco fue gran cosa”.
De afuera las cosas se ven distintas. Vaya uno a saber cómo habrán
sido en realidad.
Que cierto! Hacía falta, en medio de tanto dolor, un artículo para disfrutar! Gracias
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