Guerrero está sembrado de cadáveres. La búsqueda de los normalistas a hecho que comiencen a aparecer decenas de fosas clandestinas de cuerpos mutilados y con signos de tortura. (Ilustración de Sergio Bordón)
México, Guerrero. 10/01/2015
Las familias de los 42 normalistas de Ayotzinapa que continúan
desaparecidos, iniciaron hoy cinco días continuos de búsqueda. Además de
recorrer algunas zonas de las sierras de Guerrero, especialmente aquellas
cercanas a Iguala y Cocula, tratarán de que se les abran las puertas de los
cuarteles del Ejército, ya que ellos insisten en que pueden estar retenidos
allí, o bien, sus cuerpos pueden haber sido incinerados allí. “Ningún tipo
órgano de gobierno participará en ésta búsqueda, porque ya les dimos 3 meses de
oportunidad para que nos demostraran su trabajo y no hay ningún resultado”,
dijo uno de los padres.
Mientras tanto en esta región, han seguido descubriendo fosas con
cadáveres en descomposición y bolsas con miembros seccionados. También hallaron
el cadáver de un turista mexicano que había desaparecido hace varias semanas.
Cuerpos y más cuerpos
Ayer (9 de enero) cerca de las 14,
hora de México, personal de la Policía Estatal fue hasta un camino de tierra,
que une los suburbios de la ciudad de Taxco, con la comunidad de Cerro Gordo.
Un rato antes habían recibido un llamado alertando sobre el posible hallazgo de
cadáveres.
Al arribar al lugar comprobaron que, al costado
del camino, había tres baldes grandes de unos 20 litros y una vieja bacha de
metal que contenían bolsas negras de residuo y que tenían cadáveres humanos
desmembrados.
Todavía no se informó cuántos cuerpos había allí
ni, mucho menos, a quienes pertenecen.
Hoy a la mañana un grupo de civiles que formó el “Comité de Búsqueda de Víctimas de Desaparición Forzada”, descubrió otras 6 en cercanías del paraje La
Laguna, también dentro del Estado de Guerrero. La información de este hallazgo
la dieron familiares de “Otros desaparecidos”, como se dio en llamar un grupo
de cerca de 80 familias de personas desaparecidas en Guerrero.
Las fosas están en un mismo perímetro,
una al lado de otra y separadas por apenas un metro de distancia.
El grupo no excavó las sepulturas
colectivas, pare evitar borrar huellas que permitan a los peritos lograr
mayores precisiones sobre identidades de las víctimas y de los autores de la
masacre, pero si confirmaron que había cadáveres en esos lugares, ya que con
una barreta abrieron pequeños orificios en cada una y por allí salía un intenso
olor, típico de los cadáveres en descomposición.
Además el grupo que realizó el descubrimiento
reclamó que la Procuraduría General de la República (PGR) no ha cumplido con su
compromiso de brindarles seguridad. “Nos han dejaron solos”, dijeron, y
remarcaron que tampoco les han aportado peritos forenses para acompañarlos.
El martes pasado en la misma zona
fueron descubiertas otras 6 fosas, en donde se encontraron 11 cadáveres
completos y 10 cabezas humanas, que no han sido identificadas. Los cuerpos
tenían las manos atadas a la espalda con sogas y alambres y tenían signos de
tortura.
En el mes de octubre esta misma
Comisión ya había descubierto otras 20 fosas clandestinas en Guerrero.
Además ayer, fuera de esta macabra lista, fue encontrado el cadáver
de un turista mexicano que paseaba por Chilpancingo y que había desaparecido
hace tres días. El cuerpo tenía varios balazos y fue identificado como
Silvestre Cabañas Ponce, que había sido visto por última vez en los suburbios
de la ciudad cabecera estatal.
Buscando a los normalistas
Mientras tanto familiares y organizaciones sociales comenzaron
ayer una masiva búsqueda de los 42 normalistas por todo Guerrero. Esta campaña
se inició con una marcha, que partió de la Universidad Pedagógica Nacional de
Oaxaca y cuya primera etapa concluyó en la Zona
Militar 46 de la Secretaría de la Defensa Nacional. Allí intentaron ingresar,
pero les fue permitido.
El plan es que algunos grupos recorran
algunos sectores de las sierras guerrerenses y otros hagan los mismos en los
cuarteles militares, ya que las familias suponen que sus hijos están detenidos
allí o que sus cadáveres pueden haber sido incinerados en crematorios del
Ejército.
Incluso días atrás la cúpula castrense había asegurado que no hay
crematorios en las instalaciones del Ejército. Sin embargo se comprobó que al
menos hay tres, todos en la zona centro del país.
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