Ayer se confirmó la detención de otros 10 policías municipales de la Alcaidía de Iguala, que estarían vinculados al ataque que sufrieron en la noche del 26 de septiembre los estudiantes de la Escuela Normal. Con estos ya hay 60 policías municipales detenidos, además de otras 30 personas, entre funcionarios e integrantes del grupo narco Guerreros Unidos, además del mismo alcalde Abarca Velázquez, que está indicado como e ideólogo de la masacre. La noticia se confirmó el mismo día en que cumplía años uno de los normalistas desaparecidos. En la foto (Félix Márquez, de AP) su madre muestra su imagen frente a los militares.
México – 02/01/2015
En las
calles de Chilpancingo, la capital de Guerrero, hay un ritmo vertiginoso desde
que despunta el sol. Como en todas las ciudades de este país, las veredas están
atentadas de vendedores ambulantes y el tráfico es caótico. Así es hasta que
comienza a oscurecer. A esta altura del año eso ocurre cerca de las 19. Desde
ese momento y durante las siguientes dos horas, los vendedores ofrecen a los
gritos al cena de la jornada a los transeúntes, que ya apuntan sus pasos hacia
el hogar.
Pero a
las 21 ya no hay caminantes y el tráfico ha disminuido sensiblemente, salvo en
la Carretera Federal 95 por donde se ven (ahora sí, ya que durante el día
estaban ausentes) grandes camiones y un intenso ir y venir de colectivos y
autos.
Un
hombre flaco, gastado, quizás de unos 45 años mal llevados, se para en una
esquina. Tiene colocado un buzo que en la espalda dice “Taxistas”. Al lado suyo
hay un muchachito, posiblemente su hijo, que debe rondar los 12.
Una
camioneta se detiene junto a él. Es azul y tiene los vidrios oscuros. Se baja
el vidrio de la ventanilla del acompañante y un hombre de bigotes, robusto,
comienza a hablar con el flaquito de la vereda. No se escucha lo que dicen,
pero se nota a los 15 segundos que el de la camioneta comienza a reprocharle
algo. Hace ademanes, levanta la voz, y parece estar reprendiéndolo. El otro se encorva,
abrumado, y saca unos billetes de su bolsillo derecho y se los entrega al de la
camioneta. El niño tiene la cabeza baja. Pese a la entrega del dinero, el de
bigotes sigue con el reproche. El otro saca unos pocos billetes más y también
se los da, pero desconocido sigue enojado, retándolo. Ya se notan los gestos de
amenaza.
La secuencia
dura unos 10 minutos. Durante ese tiempo han pasado cerca varios autos y unos
pocos peatones, pero nadie le ha prestado atención a la escena. En un momento el
gordo de la camioneta se da cuenta que alguien observa. Me mira, frunce el ceño
y me clava los ojos. Es tiempo de partir. Doy vuelta la esquina, pero la
curiosidad me vence. Vuelvo y miro. La camioneta se está yendo y el hombre
delgado y su hijo también se van, caminando, con la cabeza gacha. Encorvados. Sin
hablarse.
Aquí,
en todo México, la corrupción, el soborno y la extorsión son moneda corriente. Demasiado.
Traspasa a todos los sectores. En voz baja aquí reconocen que la mayoría tiene
que pagar una “cuota” para poder tener sus puestos en la calle y no ser
levantados por la Alcaidía o ser literalmente saqueados. Al menos 250 taxis que
los que circulan les pertenece a algún sector mafioso, que “arrenda” las
unidades a los choferes por montos que deben cubrir diariamente. Todos lo
cuentan, todos lo saben. Todos. Pero si bien reconocen sentirse agobiados, también
parecen entender que esta situación es normal. Es mejor soportar que revelarse
y ser asesinado.
Hoy, 2
de enero, trascendió que otros 10 policías municipales de Iguala fueron
detenidos y acusados de haber participado de alguna forma en la masacre del 26
de septiembre, cuando fueron asesinados 6 jóvenes y una mujer y todavía permanecen
desaparecidos los 42 normalistas de la Normal de Ayotzinapa.
Con estos 10, suman
90 los detenidos, 60 de los cuales son policías de Iguala. Además está preso el
alcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez, que está indicado como el
ideólogo del ataque. Incluso dos de los detenidos ayer son parte de su custodia
personal.
Los primeros policías detenidos |
El cumpleaños que no
fue
Hoy, 2 de enero,
Adán Abraján de la Cruz debería haber cumplido 25 años. Es uno de los 42
normalistas desaparecidos. El joven tiene dos hijos y vivía en Tixtla, en el
barrio El Fortín, muy cerca de la Normal Rural Raúl Isidro Bustos. Con su compañera, pensaban casarse este fin de año. Es de
familia campesina. Le gustaba jugar al fútbol e integraba un equipo local: Los
Pirotécnicos. Su madre lo busca todavía.
En el día del
cumpleaños de Adán, en el Estado vecino de Oaxaca, entre Guerrero y Chiapas,
profesores de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de los
Trabajadores de la Educación (CNTE), realizaron una nutrida manifestación
frente a un astillero, en la localidad marítima de Salina Cruz, a donde el
presidente de México, Enrique Peña Nieto, viajó para anunciar la inversión de
10.000 millones de dólares para construir un corredor bioceánico.
En esa manifestación los docentes declararon a Peña Nieto
como persona no grata y se enfrentaron con efectivos del Estado Mayor
Presidencial y la Policía Federal, que reprimieron con gases lacrimógenos.
En sus dos años, de los seis que dura su mandato, es la
primera vez que Peña Nieto pisaba Oaxaca. No le fue muy bien.
muy bueno Enrique
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