miércoles, 3 de diciembre de 2014

Toda una multitud en las valijas



Algunos detalles del por qué de la cobertura y de cómo surgió el proyecto.

Por Enrique Pfaab

La mayoría de los deportistas de la delegación mexicana que participaba de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, caminaban por las calles catalanas  con una remera que decía: “500 años después, traeremos el oro de regreso”. La inscripción era una arenga, un desafío, pero también marcaba la resistencia a la conquista del pueblo azteca.
Salvo algunas lecturas superfluas sobre las gestas revolucionarias de Pancho Villa y Emiliano Zapata, esa fue la primera vez que la historia, y especialmente la actitud del pueblo mexicano, me llamaron la atención.
Poco después, el 1 de enero de 1994, esa actitud iba a tener reflejo en el levantamiento de Chiapas y la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Entonces México no es ahora con solo sus 43, no es solo el narcotráfico, no es solo un rechazo a las políticas del gobierno de Enrique Peña Nieto. México es lo que ha sido siempre: una cultura nativa que se resiste al sometimiento, por más que los conquistadores tejan e inventen alianzas con quien los favorezca coyunturalmente y por más que esa alianza sea con el más macabro y sanguinario de los poderes.
Cuando después del 26 de septiembre pasado, luego de la masacre de Iguala y de la desaparición de los 43 normalistas, los medios informativos de Argentina se contentaban con nutrirse únicamente con los cables de las agencias de noticias y de la cobertura de algunas cadenas internacionales, comencé a sentirme insatisfecho. Había preguntas que nadie me contestaba. No era el único. Me llegó en esos días un correo electrónico en dónde alguno de mis afectos sostenido durante años, me preguntaba “¿dónde puedo leer más y tener mejor información de lo que ocurre en México?. Se me ocurrieron algunas respuestas de medios que ofrecen información con prolijidad pero, en el fondo, me quedé dudando y también le agregué a la respuesta: “Sería bueno que también te lo pudiera contar yo”. Y ya no hubo forma de soportar la inquietud, la incomodidad y aguantarse el desafío.
“Con plata, lo hace cualquiera - decía un amigo – lo interesante es hacerlo sin plata”. Y sin plata comenzó a planearse un viaje a 7.378 kilómetros, donde el gasto mínimo y muy básico rondaba los $40.000. Entonces, como si hubieran estado esperando la oportunidad y solo como contándoles una idea disparatada, aparecieron un montón de amigos y compañeros que se ofrecieron a apoyar el proyecto, algunos con aportes materiales, otros generando inquietud en quienes pudieran poner una cuota para financiarlo y otros alentando, como si les fuera la vida en ello. La primera persona que aportó y que fue el clave en el proyecto, fue la misma que había preguntado dónde podía leer sobre los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Hoy, a poco más de dos semanas de la primera semilla, ya el proyecto es un hecho. Contar México desde México, Ayotzinapa desde sus campesinos, los 43 desde sus familias, es un hecho. Apenas faltan algunos días, para completar algunos trámites burocráticos.
Entre tanto ya hay un montón de argentinos en México, de mexicanos en México, de argentinos en Argentina, de uruguayos en Uruguay, que están alertas y dispuestos a hacer contactos, a facilitar la recorrida, de ayudar en la difusión.
El blog www.enayotzinapa.blogspot.com.ar  servirá como bitácora de viaje. En el habrá información diaria, especialmente crónicas desde la gente, que podrán leer y utilizar a discreción, con el solo pedido de que citen la fuente.
La misma información se replicará en la página web www.enriquepfaab.jimdo.com .  
También, si existe la posibilidad, se publicará en estos sitios algún teléfono de contacto y una franja horaria para realizarlo.  
Al regreso, (la estadía en México será de un mínimo de 20 días) la idea es reunir todo el material en una crónica en formato de libro.
En su momento cada uno de los que han aportado para esto, salvo aquellos que han pedido expresamente no ser mencionados, serán mencionados y agradecidos, como corresponde.
Pero por ahora no es el momento. La cabeza ya está a 7.378 kilómetros, pensando en cómo hacer para que el esfuerzo de tantos valga la pena.

Enrique Pfaab


Retratos, de Brian Carlson.

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